Valencia antaño era una ciudad atravesada por el río Turia. Pero un día de 1957, el río tuvo el capricho de desbordarse y provocar una gran tragedia. Entonces, Franco, muy dado a cambiar el curso de las cosas, cambió el curso del río para que pasase por fuera de la ciudad.
No voy ahora a detallar el proyecto de la megautopista proyectada por Franco desde el puerto de Valencia hasta Madrid, ni de los proyectos socialistas, que después desarrollaría Rita Barberá, para aprovechar el lecho del antiguo cauce.
Lo que sí que me llama la atención es la cantidad de puentes que se han construido a lo largo del antiguo cauce. Cualquier día quedará enterrado el antiguo cauce debajo de los puentes.
En esta época que se habla de eliminar gastos superfluos (según el entendimiento del PP gobernante), quiero destacar dos casos. El primero es el caso del Puente de las Flores.
Tres veces al año se cambian las más de diez mil flores que adornan el puente y sus jardineras. Cada cambio de flores supone un gasto de 90.000 euros. Supone al año un gasto desorbitado que, incluso, supera al gasto de mantenimiento de parques más grandes en extensión. El gasto de mantenimiento de este puente lo convierte en uno de los puentes más caros... del mundo.
El otro ejemplo que quiero destacar es el de la pasarela en Pont de Fusta. ¿Alguien puede explicarme la necesidad de construir un puente a menos de cien metros de la pasarela que existía ahí desde hace más de cincuenta años? Yo tampoco me lo explico.
lunes, 10 de octubre de 2011
Los puentes de Valencia
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario