Denuncias desde Chiva

Una de las señas de identidad del Ayuntamiento de Chiva es el acoso laboral o mobbing.


En 2006 el jefe de la policía local, Álvaro Morales, tras un año de insultos, amenazas y vejaciones fue llevado ante un juez debido a un misterioso hecho ocurrido en el traslado del retén a propósito de unas armas. Habiendo estimado el juez que no había ningún delito, y tras más de año y medio de baja por problemas severos de ansiedad y depresión, fue expedientado y suspendido de empleo y sueldo por un total de 4 años, perdiendo la condición de funcionario. Tras haber recurrido la sentencia, ganó en los tribunales y tuvo que ser readmitido en 2010, 4 años después de haber salido de allí. Actualmente el ayuntamiento ha de pagarle una generosa indemnización cuya ejecución, por supuesto, está retrasando todo lo que puede. Al regresar al ayuntamiento, Álvaro Morales ha mantenido su rango pero ha perdido la jefatura, puesto que en este tiempo han colocado a otras personas ocupando su puesto y se ha organizado todo para que tengan más rango que aquel.

En el mismo 2006 dos policías fueron encerrados en un cuarto sin ningún tipo de función, permaneciendo en 10 metros cuadrados 8 horas al día. Uno de ellos, exjefe de policía, estuvo 10 meses allí encerrado, siendo después readmitido en el retén. El otro estuvo 14 meses, siendo posteriormente jubilado a la edad de 41 años, en 2007, siendo concejal de personal la que desde hace unos meses es una de las concejales expulsadas del PP.  Denunció al ayuntamiento por acoso laboral y despido improcedente; el juez reconoció que se daban todas las condiciones para considerar mobbing excepto una, la voluntariedad, desestimando la acusación de mobbing. Se puede pensar que no se atrevió a condenar a un diputado. En cuanto al despido improcedente, ganó el primer juicio en 2009. El ayuntamiento recurrió y en 2011, cuando parecía que ya se avecinaba el fallo en segunda instancia, se invalidó el primer juicio por un defecto de forma.  Tuvo que repetirse el mismo y el policía volvió a ganar hace unas semanas. El ayuntamiento ha vuelto a recurrir. Actualmente el policía lleva 4 años y medio fuera del ayuntamiento y la indemnización que tendrían que pagarle ya supera los 100000 €. Al ritmo que lleva la justicia su caso no finalizará antes de 7 años.

El gestor deportivo fue relevado de su puesto en 2008 y trasladado a una oficina escondida en el último piso del ayuntamiento, siendo vaciado su puesto de trabajo de competencias y traspasadas a varias personas del mismo departamento y de otros. La mayoría de la  información relacionada con la sección le fue negada y así continúa la situación, ante el silencio de todo el entorno. En este caso actuaron también el entonces concejal de deportes y la concejal de personal.

Chiva cuenta con dos gestores culturales desde hace pocos meses, siendo posiblemente el único pueblo de la comunidad valenciana en el que se da esta situación. El desorden y confusión de competencias y responsabilidades es absoluto. Nadie sabe qué le corresponde hacer y qué no. El nuevo gestor era un posible candidato del PSOE en futuras elecciones, una persona que tenía credibilidad en el pueblo y que el alcalde veía como un rival de peso. Ya no lo es.

Para llevar esta política adelante se ha desarrollado la contratación de "sicarios": personal que hace el trabajo sucio y que mantiene la boca cerrada a cambio de prebendas.

Próximamente más.