miércoles, 22 de abril de 2015

Un espectáculo mediático para hacernos creer que, por un Rato, el PP lucha contra la corrupción




La semana pasada era detenido, con gran revuelo (incluso internacional), Rodrigo Rato por delitos económicos. Horas después ya estaba en libertad. Pero eso no era lo importante. Lo importante es la imagen que encabeza este post: Rodrigo Rato siendo detenido.
Curiosamente se le detiene ahora, después de tres años siendo investigado por asuntos como la quiebra de Bankia o las tarjetas black. Curiosamente, los medios de comunicación estaban advertidos. Curiosamente, la detención se hizo con tiempo suficiente como para que apareciera en todos los informativos (aunque los más afines al PP, como la televisión de Castilla-La Mancha no informó sobre la detención). Curiosamente, en el PP no conocen a Rodrigo Rato, a pesar de que hasta el día anterior a su detención lo consideraban el padre del mal llamado "milagro económico español".
Rodrigo Rato era ese hombre que se permitía dar lecciones morales y fiscales, primero a los españoles como ministro y después al mundo desde el FMI. Pero como todo moralista ha demostrado ser más falso que un euro de madera. En realidad, es algo que ya estaba saliendo a la luz desde que se empezó a investigar la quiebra de Bankia. Lo de los delitos económicos, por cierto, es algo que a Rato le viene de muy lejos. No es de extrañar, pues, que acabara recalando en el PP, un partido que año tras año está demostrando la hipótesis que muchos sostenemos sobre su financiación irregular y la unidad de sus casos de corrupción (que no son tan aislados como pretenden hacernos creer).
Con la detención de Rato, el PP quiere hacernos creer que, por un Rato (con mayúscula y con minúscula), luchan contra la corrupción. Ahora se desligan de la figura de Rato cuando siempre lo han considerado un ejemplo económico. Nos toman por tontos. Porque el PP no lucha contra la corrupción, siempre capea como puede contra la información. Si, por el camino, hay que dejar unas cuantas cabezas de turco (Bárcenas, Rato...), se dejan sin problema. Aunque la cabeza de turco sea el propio Rodrigo Rato. ¿Puede el PP desligarse de la figura de uno de sus ministros más importantes, o de un tesorero como Bárcenas? ¿Pueden los dirigentes del PP alegar que no conocían las acciones de importantes imputados del partido, personas con cargos públicos u orgánicos a los que ellos nombraron? Evidentemente no.
No descubro América si digo que los dirigentes del PP mienten. No es tan difícil decir la verdad. Por eso prefiero al PP sincero, al que dice la verdad. Como cuando González Pons dice que el PP merece crédito porque no evitaron la detención de Rato (de lo cual, yo deduzco, que el PP podría haber impedido la detención e, incluso, pudieron haber barajado dicha opción). O cuando Rajoy dice que España no puede caer en las manos de quienes la han destrozado (es decir, que nos está pidiendo que no votemos ni al PP ni al PSOE). O cuando Cospedal dice que el PP ha trabajado mucho para saquear España (que más que a lapsus suena a confesión).

2 comentarios:

Ana A dijo...

En este régimen que padecemos van saliendo cada día nuevas informaciones que muestran que los pol´ticos viven en un planeta aparte, con leyes diferentes, que todo les está permitido y que como no podemos hacer mucho s´lo queda soportarlo.
Pero una cosa es clara, nada es lo que parece, y nos toman el pelo a los ciudadanos con alevosía y premeditación

Kurtz dijo...

La clave está en esa última frase: "Nos toman el pelo con alevosía y premeditación". Va siendo hora pues de que despertemos.