La psicología de la pistola

Un hombre entra armado en un cine y asesina a doce personas.
Seis policías acribillan a balazos a un mendigo enfermo mental que blandía un cuchillo. En cinco segundos, cuarenta y seis balas alcanzaron al mendigo, que cayó abatido.

Estos dos casos son reales y han ocurrido en Estados Unidos. ¿Cuál es la diferencia entre ellos? Simple y llanamente, el uniforme de los asesinos. Porque sí, en ambos casos estamos hablando de asesinatos.

En Estados Unidos se da desde hace muchos años un fenómeno que, extrañamente, no les inquieta: los asesinatos en masa a tiros. Realmente no es un fenómeno exclusivo de Estados Unidos. En cualquier país se pueden producir estos asesinatos. Pero mientras que en otros países son ejemplos aislados (Bélgica o Noruega), en Estados Unidos ha sido siempre un fenómeno casi habitual.

En el documental Bowling for Columbine, de Michael Moore, se comparaba Estados Unidos y Canadá, dos países donde es fácil conseguir armas. La conclusión es que en Estados Unidos se producían muchas más muertes por armas de fuego (accidentes, suicidios, matanzas...) que en Canadá. De dónde viene entonces ese culto a las armas es algo que debería examinar Estados Unidos, y muy seriamente.

Y de esto no se libran los policías que parecen tener el gatillo muy suelto (por cierto, coincidiendo con otra matanza policial, en este caso, en Sudáfrica contra mineros en huelga). Hace unos días vi un vídeo de una intervención policial, creo que en Canadá, contra un hombre que blandía una espada de gran tamaño en plena calle. Los agentes, en vez de disparar, lo empujaron al suelo e hicieron una melé sobre él. Así pues, queda claro que la policía puede utilizar métodos diferentes al disparo en situaciones realmente peligrosas. ¿Por qué razón en Estados unidos tienen el gatillo tan flojo? Esa es otra cuestión que deberían afrontar en el país norteamericano.