Hacia una televisión única

Hace unos años se implantó la TDT, con la promesa de que tendríamos decenas de canales diferentes. Pero realmente no es así.
Con la crisis económica, surgió la fusión entre Telecinco y Cuatro, la fusión entre un canal conservador, sensacionalista y máximo exponenete de la telebasura (Telecinco) con un canal pretendidamente progresista (Cuatro). Esta fusión nos trajo desgracias tales como la desaparición del canal de información CNN+, sustituido en un principio por el canal Gran Hermano 24 Horas, y más tarde, por el canal Divinity, un canal pretendidamente femenino. La fusión también operó un cambio radical en el canal Cuatro. Tanto es así, que Cuatro ahora es un clon de Telecinco, con su misma programación chabacana, de la que sólo se salvan un par de programas y las series extranjeras (ayer mismo, Cuatro emitía de un sólo tirón la más que recomendable miniserie británica Black mirror).
La llegada del Gobierno de Mariano Rajoy al poder también está propiciando cambios en la televisión. La independencia, pluralidad y calidad que estaba alcanzando TVE en su etapa anterior, reconocida incluso internacionalmente, ya se está destruyendo. El Gobierno del PP ya está poniendo a los suyos de nuevo para que la televisión pública española sólo emita lo que a ellos les interesa.
Otros dos canales que se van a fusionar son Antena 3 y La Sexta. El Gobierno ha impuesto requisitos más duros que los que se impuso a la fusión Telecinco-Cuatro. La razón es que quieren que Antena 3 haga con La Sexta lo mismo que ha hecho Telecinco con Cuatro. De esa forma, Antena 3 se cargaría el único canal progresista que queda hoy día. En cualquier caso, haga lo que haga Antena 3 con La Sexta, nos encontramos ya con un montón de canales que en realidad sólo son uno. Televisión única, pensamiento único. Sensacionalismo, entretenimiento chabacano e información manipulada y partidista. Bienvenidos a la televisión del siglo XXI.