miércoles, 15 de enero de 2014

Reflexiones tras Gamonal

Estos días hemos presenciado las imágenes que nos han venido desde un barrio de Burgos: Gamonal. Allí, los vecinos se negaban a que una calle fuera transformada en bulevar gastando una cantidad de dinero y recursos hoy obscena. Durante cinco días, los vecinos se manifestaban de forma pacífica, pero también había grupos violentos plantando cara a la policía, recibiéndolos a pedradas, quemando contenedores y casetas de obra y destrozando mobiliario urbano y cristaleras de bancos. Tras cinco días, el alcalde ha decidido paralizar las obras y abrir un grupo de trabajo para escuchar a todas las partes afectadas. Una victoria momentánea para los vecinos que esperemos que dure.
A raíz de esto cabe preguntarse: ¿Y en el resto de España? Un ejemplo que podría compararse al de Gamonal (barrio amenazado por intereses especulativos de constructores y políticos, venganza política contra el barrio recortando sus recursos...) es el de El Cabanyal en Valencia. Pero en Valencia el conflicto dura ya lo mismo que lleva de alcaldesa Rita Barberá, y parece que solo se solucionará el día que ella deje la alcaldía.
Por otro lado, en España estamos viviendo una de las peores crisis económicas en mucho tiempo. Paro desbocado, trabajo precario y corruptelas que están saliendo a la luz pública nos llenan de indignación, pero aquí parece que no se termina de estallar la sociedad, como ya pasó en Grecia o Portugal. Lo cierto es que en diferentes partes de España hemos visto el descontento social de los españoles, ya fuera de forma pacífica o de forma violenta. Desde el 15-M hasta las protestas de Gamonal hemos visto convocatorias para rodear el Congreso, "guerra de guerrillas" en las cuencas mineras, paralizaciones de desahucios, una primavera valenciana, manifestaciones denominadas mareas de diferentes colores o diversas huelgas, tanto nacionales como locales. Los resultados han sido desiguales, siendo sinceros. Se han logrado pequeñas victorias, pero la victoria final a la que muchos aspiramos, el cambio a un sistema más justo, está muy lejos.
Si una enseñanza saco del ejemplo de Gamonal es que la gente aún se moviliza más por lo que le afecta directamente que por ideas más abstractas como una sociedad más justa o una mayor democracia. Se puede decir que los vecinos de Gamonal, en cinco días, han logrado más que las manifestaciones pacíficas de los últimos años. Al menos han parado temporalmente lo que afectaba a su convivencia. ¿Es más efectiva la vía violenta que la pacífica? No necesariamente. Creo que lo que necesita la sociedad española es empezar a pensar qué es lo que quiere cambiar y empezar a organizarse. y, a partir de ahí, ya podemos empezar a hablar de los métodos que emplearemos para lograr el objetivo.

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