Siempre es bueno que un político, más si es rematadamente malo o un cabrón redomado, dimita. Pero cuando se utilizan esas dimisiones como estrategia política, no vamos por buen camino.
Cuando los ciudadanos madrileños votaron en las elecciones autonómicas y municipales de 2011, eligieron para que les gobernasen a Alberto Ruíz-Gallardón (como alcalde de Madrid) y a Esperanza Aguirre (presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid). Hoy, más de un año después, los madrileños están gobernados por Ana Botella (alcaldesa de Madrid) e Ignacio González (presidente de la comunidad Autónoma de Madrid). Gallardón dimitió para convertirse en ministro de Justicia (y de paso quitarse la máscara que tenía engañado a más de un autodenominado progresista) y Aguirre dimitió ayer, por sorpresa.
En la Comunidad Valenciana aún se tardó menos en pervertir la legitimidad democrática. Francisco Camps era reelegido presidente autonómico también en 2011, a pesar de que estaba fijado el juicio contra él por el caso Gürtel. Dos meses después dimitía del cargo y era sustituido por Alberto Fabra. Si Camps no había dimitido era porque el PP necesitaba revalidar la victoria de la Comunidad Valenciana y eso no podía lograrlo nadie del partido, excepto el propio Camps (y, quizá, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá).
Dicen que Esperanza Aguirre ha dimitido por motivos personales y de salud. Sin embargo, creo que hay más de estrategia política que otra cosa. En 2008, otro que dimitió por sorpresa fue Luis Díaz Alperi, alcalde de Alicante, cediéndole el testigo a Sonia Castedo, hasta entonces, concejala de Urbanismo. Un tiempo después, tanto él como Sonia Castedo se encontraron implicados oficialmente en el caso Brugal. ¿Pasará lo mismo con Esperanza Aguirre; tendrá algo por ahí oculto que está a punto de salir a la luz? ¿O será verdad lo que están diciendo las malas lenguas, que ella y un grupo, entre los que se encuentran Isabel Tocino, Ana Botella, Basagoiti, Aznar y Rita Barberá, planea cargarse políticamente a Rajoy?
Sea por las razones que sea, Aguirre ha dimitido. Habrá que dar gracias porque más daño ya no podrá hacer. Pero a nadie debe escapársele que los políticos son capaces de pervertir cualquier palabra. Y esta vez, con sus calculadas estrategias políticas, la palabra pervertida ha sido "dimisión".
martes, 18 de septiembre de 2012
Dimisiones: la nueva estrategia política
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5 comentarios:
Esperanza Aguirre llegó a la presidencia de la CM gracias al tamayazo, de una manera oscura y con compra de diputados, ahora se va despues de dejar atado y bien atado un oscuro asunto como el de Eurovegas y tres días despues de celebrar el debate sobre el estado de la Comunidad de Madrid y por sorpresa cuando dice que hace mucho tiempo que lo tenía meditado.
Todo muy oscuro, como casi todo lo que ha hecho en toda su vida política.
Un abrazo
Y el gran recochineo de decir que ella no queria dedicarse a la politica profesionalmente estando 30 añozos... mucha cara es lo que tiene.
José Vte.: En unos meses, estoy seguro que oiremos hablar de nuevo de Esperanza Aguirre.
Un abrazo.
Mexes: ¿A que le copia el discurso Rita Barberá (aunque dudo que Rita dimita algún día)?
pues si están planeando acuchillarse entre ellos un trabajo que nos quitan a los demás. Nada es inocente como dices en esta gente arrimada a la sombra del far niente y el poder, a vivir del cuento, que eso es lo que hacen los listos de España. Qué hartazgo
De todas formas, si van a quitar a Rajoy para poner a Aguirre, no sé si saldríamos ganando con el cambio.
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