miércoles, 24 de abril de 2013

"En el País Valenciano, desde hace treinta y cinco años, ha habido por encima de mil atentados y por encima de los tres mil casos de amenazas, desde la extrema derecha"

Hoy publico una entrevista a Joan Sorribes, uno de los miembros de Compromís que recibió amenazas de muerte recientemente:

Kurtz: En primer lugar, preséntate.

Joan Sorribes: Soy Joan Sorribes. Soy el portavoz de Compromís en Alfafar, miembro de Estat Valencià que es un partido independentista de la izquierda valenciana y que se ha integrado en la coalición de Compromís recientemente, y una de las personas que estamos alrededor del Ateneu Popular del Parc, que es un espacio asociativo que tenemos en Alfafar, que comparten tres entidades y que se dedica básicamente a hacer trabajo social, cívico y cultural.

K: Desde Compromís habéis denunciado que algunos de sus miembros han recibido amenazas. Exactamente, ¿quiénes sois los que habéis recibido esas amenazas?

J. S.: Las amenazas las hemos recibido tres de los diputados de Compromís: Enric Morera, Mónica Oltra y Josep María Pañella; y yo mismo, como portavoz de Compromís en Alfafar. El tema de las amenazas ha sido muy desagradable, continúa siéndolo. Han sido amenazas de muerte, con insultos, con ofensa y tal, pero básicamente, lo fundamental es que es una amenaza de muerte contra nosotros cuatro. Vienen firmadas por un denominado Batallón no se sabe muy bien qué, a favor de la unidad de España o no se sabe muy bien qué; en fin, un grupo fascista con sus muchos núcleos. Es uno de esos cerca de dos mil casos de amenazas  y mil atentados de la extrema derecha en el País Valenciano desde hace treinta y cinco años, que general y mayoritariamente suelen quedar impunes.

K.: Exactamente, ¿en qué han consistido esas amenazas?

J. S.: Bueno, pues han sido por e-mail, se han recibido vía e-mail. En mi caso concreto se han recibido al e-mail oficial de Estat Valencià y dirigidas a mi persona y a mi compañera Carmen, y básicamente lo que decían es que nos iban a pegar un tiro. Ya está, sin demasiados preámbulos. Con insultos que, el más fino que te puedo citar es "hijo de puta". A partir de ahí, todo lo demás. De los tres diputados, me consta que ha pasado lo mismo. Las amenazas vía e-mail y en las mismas condiciones.

K.: ¿Lo habéis denunciado a la policía?

J. S.: Sí. Inmeditamente de haber recibido las amenazas, el mismo día que se recibieron, con pocas horas de diferencia, se hizo la oportuna denuncia delante de la autoridad policial. Desde entonces eso ha pasado a la vía judicial. Nos dijeron que habían abierto una investigación judicial. Lo último que sabemos es que ha sido, en mi caso por ejemplo, tipificadas las amenazas como falta  y no como delito, con lo cual, el juzgado de Catarroja que era el que lo llevaba se ha abstenido y ha pasado el caso al juzgado de Alfafar que es un juzgado de paz, con lo cual la policía, al ser una falta y no un delito, no puede investigar. La investigación se corta. Suponiendo que fuera posible llegar a quien ha lanzado las amenazas, es imposible llegar a más, ahora mismo. Eso es el interés que tiene la delegación del Gobierno y las autoridades en investigar estas cosas; cosa que no es extraña porque, como te digo, en el País Valenciano, desde hace treinta y cinco años, ha habido por encima de los mil atentados y por encima de los tres mil casos de amenazas perfectamente documentados para cualquiera que lo quiera ver a través de montones de webs, incluida el Informe RAXEN y otras, y aquí jamás se ha hecho caso. Recientemente tuvimos que conmemorar la desgracia del asesinato de Guillem Agulló [joven militante nacionalista de izquierdas asesinado en Castellón en 1993. El autor del asesinato cumplió cuatro años de pena de cárcel. En 2007 se presentó a las elecciones en Chiva por el partido ultraderechista Alianza Nacional. Otro de los implicados preside el partido ultraderechista Democracia Nacional], hace muy pocos días. Fue uno de los casos en que sí que hubo responsables penales . Pero Guillem Agulló, como todo el mundo sabe, está muerto y enterrado, sus padres y su familia, a los que desde aquí saludo, llorando su ausencia; y el autor material de los hechos en plena libertad y gozando de plena salud.

K.: ¿Qué respuestas habéis recibido por parte de la policía o de las autoridades o las administraciones?

J. S.: Yo debo decir que la respuesta policial ha sido impecable, como procede. Siempre es impecable, la respuesta policial. Otra cosa son las respuestas que dan las autoridades que están por encima de los policías que te atienden, o de los números, en este caso, de la Guardia Civil ante los que interpones la denuncia. Por nuestra parte, el trato personal ha sido impecable, sin ningún tipo de problemas; una atención correcta. Pero luego están los hechos. Los hechos son que el juzgado de Catarroja tipifica esto como falta y no como delito. La delegación de Gobierno, que es quien manda a la policía, no muestra ningún interés ante la denuncia; y esto va a quedar, si no pasa nada, en lo de siempre, que es que quedan impunes.

K.: ¿Habéis seguido recibiendo más amenazas por parte de este grupo o por parte de otras personas?

J. S.: Yo personalmente recibí hace dos años otras amenazas también en mi condición de secretario general de Estat Valencià. En aquella ocasión, nosotros entendimos que no valía la pena denunciar, y no lo hicimos. Esta vez, en la medida en la que pertenecemos a la coalición Compromís entendimos que sí que era cuestión de denunciar y sí que lo hicimos. De todas maneras, lo fundamental de las amenazas, que ya te digo que son un hecho puntual en este momento, obedece a una cosa mucho más general, y hay que verlo en su contexto. Las amenazas se hacen en un contexto en que yo hago unas declaraciones que al Partido Popular de Alfafar le vino muy bien manipular, llevarlas a prensa, mover los hilos y resortes parlamentarios para que gabinetes de prensa de Valencia los utilizaran contra el Grupo Parlamentario de Compromís; tal día que se produce esa historia, esa manipulación acerca de unas declaraciones mías, dos días más tarde se producen las amenazas.

K.: ¿El resto de diputados también las recibieron el mismo día?

J. S.: Sí, sí. Claro. Estamos hablando de que alguien tira la piedra, esconde la mano, y luego resulta que hay gente que lanza la piedra de verdad. No estoy diciendo con ello ni que el PP haya amenazado, por supuesto que no, ni siquiera estoy diciendo que nadie del PP haya dicho directamente que se tenga que amenazar a diputados o portavoces de Compromís. Lo que estoy diciendo es que cuando se hacen determinados discursos que llegan a Madrid o a las Cortes Valencianas, criminalizándonos, contando mentiras, falsedades y manipulaciones, no es extraño que determinada gente que se mueve en ámbitos delictivos y fascistas clarísimamente entienda que es momento de llevar a la práctica lo que otros dicen que hay que hacer.

K.: Yo recuerdo precisamente que esas declaraciones por las que ahora te iba a preguntar las vi publicadas en portada en el diario La Gaceta con una foto en la que aparecían Mónica Oltra y Joan Baldoví. Con respecto a esas declaraciones tuyas, que si no recuerdo mal, y si no, me corriges, fueron algo así como que había que echar al PP o mediante las urnas o con una escopeta. La pregunta es: esta gente que te ha amenazado a ti y a otros miembros de Compromís, ¿podrían estar respondiendo a esas amenazas tuyas; es decir, podían haberse sentido ellos amenazados por esas declaraciones que tú hiciste y responden a esa posible amenaza con otro amenaza?

J. S.: Lo primero, definir lo que yo dije. Yo conté una anécdota en mi Facebook personal, en mi condición de persona, no de portavoz de nada. Conté la historia de cómo dos conversaciones un domingo mostraban que el asunto social está muy duro, hay un peligro de radicalización que se nota, se palpa en la calle porque hay una fractura social. Hay gente que lo está pasando muy mal y yo conté esas conversaciones.Un día después, alguien me preguntó a mí personalmente, ¿tú qué querías decir con eso? Y yo se lo dije como cuando se habla por la calle, con un lenguaje coloquial y utilizando una figura metafórica. Todo el mundo que me conoce sabe que no estoy por la violencia. Era una figura que venía a decir o los tiramos con la escopeta o con los votos. ¿Qué quiero decir con eso? Pues que al final, hay tanta gente pasándolo mal que están habiendo suicidios, que no son suicidios, que son verdaderos asesinatos sociales, y alguien que está en esa situación, que llega a un grado de desesperación tal que es capaz de quitarse la vida, puede pensar en cualquier momento que en lugar de quitársela a él mismo, se la quita a otro. Cuando eso pase, y alguien se lleve las manos a la cabeza, si a mí me preguntan del lado de quién estoy, del que fruto de la desesperación ha cometido un delito, o a favor de quien le ha llevado a esa situación, yo sin dudarlo voy a estar a favor de quien ha cometido el delito. Sin dudarlo. Éticamente no puedo estar a favor de quien lo ha llevado a esa situación. No puedo estar en contra de un padre de familia con hijos que en un momento determinado, en lugar de tirarse por la ventana decide llevarse al banquero o a fulano; estoy en contra de que lo haga. Pero no puedo criminalizar eso. A esa persona alguien la ha llevado a eso. Entonces, explicando eso, no recuerdo el día, creo que fue el doce o trece de marzo, lo digo de memoria, yo explicaba eso. Al mismo tiempo que lo explicaba, a las diez de la noche, eso ya estaba en un blog-libelo que hay en Alfafar, que se llama Alfafar eres tú. Alguien del PP les había dicho que pusiera eso, alguien a esa misma hora había tenido el poder y la capacidad suficiente para hacer que redacciones que, a las nueve de la noche ya están en horario de cierre, publicaran la noticia, tanto en Las Provincias como en ABC, con la finalidad de que a la mañana siguiente, en un pleno de Cortes, el presidente de la Generalitat, se haga eco de un tema menor y de una página personal mía, para romper las intervenciones de los diputados de Compromís. Eso pasa en doce horas. En doce horas. Por tanto, no estamos hablando de otra cosa que manipulación, de esas formas de política de alcantarilla que está utilizando el PP y han sido denunciadas públicamente. Eso sale a la mañana siguiente en ABC y en Las Provincias, corta las intervenciones de Compromís con el presidente Fabra, se arma un pitote enorme, y en esas horas, alguien, no se sabe quién, crea un e-mail y una página de Facebook para que, con siete horas de diferencia, realizar las amenazas de que estamos hablando. En mi pueblo dicen que blanco y en botella puede ser horchata, pero lo más normal es que sea leche. Entonces, el que quiera verlo que lo vea.
¿Estoy diciendo con esto que haya sido el PP? No. Estoy diciendo que, efectivamente, el que ha realizado las amenazas, por supuesto, se ha sentido alentado por toda la campaña mediática que llegó incluso a las televisiones estas manipuladores de Madrid donde hablan estos contertulios tan sabidos; incluso el señor Aleix Vidal-Quadras me dedicó improperios como "bestia negra"y alguna similar, o el de Ciudadanos de Cataluña que también se expresó en términos similares. Por no hablar de otros contertulios. Obviamente, esto no es una amenaza contra mí, es una amenaza contra Compromís, es una amenaza contra la gente que mantenemos determinadas posiciones sociales, es un intento de criminalizar posiciones sociales determinadas. No es un hecho aislado; se están produciendo muchos en diversos ámbitos. Y eso es lo que cuenta.

K.: Recientemente, aparte de esas declaraciones tuyas que has señalado que fueron manipuladas, también han habido otras polémicas como la de la camiseta de Giuseppe Grezzi [asesor de Compromís en el ayuntamiento de Valencia que posó con una camiseta en la que, de forma caricaturesca, se le veía azotando a Rita Barberá, alcaldesa de Valencia. Desde el PP se dijo que esa camiseta alentaba la violencia de género] y otras polémicas que han tenido como centro Compromís. ¿Creéis que hay algún tipo de animadversión hacia Compromís y a qué se debe esta posible animadversión y de quién puede venir?

J. S.: Es evidentísimo. Hay una una criminalización contra todo lo que significa movimiento social y movimiento cívico y ciudadano y de protesta. Eso vaya por delante. ¿Por qué? Porque hay una fractura social en la calle y esta gente intenta por todos los medios que los núcleos de resistencia sean criminalizados. ¿Qué significa eso en el terreno político-electoral, en el terreno institucional? Pues significa que las fuerzas que están demostrando en la calle que pertenecen a movimientos sociales o de protesta, como es el caso de Compromís, y que además, están experimentando, en los sondeos, un crecimiento muy notable ante la caída del PP y la no subida del PSOE, recogiendo los votos gente como Izquierda Unida, Compromís, en el País Valenciano, gente como Amaiur, en el País Vasco; gente como Esquerra Republicana o Iniciativa-Verds, en Cataluña; y otros. Se intenta romper eso, criminalizarlo, impedir que el fruto social puesto sobre la mesa electoral llegado el momento sea la ruptura del bipartidismo, algo que todos los sondeos indican.
En el caso de Compromís, además, todos los sondeos, incluidos los del PP y los del PSOE hablan de que Compromís está situada hoy como tercera fuerza política, y a un paso de constituirse como la alternativa real en el País Valenciano. En una situación en que esos sondeos auguran que el PP pierde la mayoría absoluta. Todo esto hay que verlo con estos datos. Por una parte, la fractura social, y por otra parte las consecuencias que tiene en la política institucional.

K.: Por último, vosotros desde Compromís, o tú personalmente, ¿qué contestaríais si ahora tuvierais delante a esas personas que os han enviado las amenazas?

J. S.: Si me preguntas como Compromís, la respuesta es clara: juzgado de guardia y que la ley caiga sobre ellos, todo el peso de la ley. Si me lo preguntas como Estat Valencià, del cual soy secretario nacional, diría que no nos van a amedrentar, y que no somos gente que nos estemos callados, ni somos gente que nos estemos quietos. Y como Joan, como persona, les diría que son unos miserables; unos fascistas y unos miserables. Y que ante la miseria se contesta con firmeza y con contundencia.

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