Cuarto capítulo... y cierre

Pensaba escribir algo sobre la visita de Rita Barberá a Vigo el lunes pasado (que alguien me explique que hace nuestra alcaldesa haciendo campaña en otra ciudad que no es la suya) pero voy a hablar de otra que ha terminado por sacarme definitivamente los nervios.
Hoy, último capítulo del culebrón Kurtz-Imagenio (capítulos anteriores aquí, aquí y aquí). Tras pasar los preceptivos diez días que me habían prometido para solucionar el asunto, les llamo. Primero me convncen de que la línea nueva de Internet que me instalaron no era gratis (a pesar de que me lo habían dicho y reiterado que era gratis). Vale, cedo en eso. Pero en la famosa factura sobran aún más de cien euros. Para justificarse, aseguran que yo firmé, antes de la festividad de la Inmaculada, una solicitud de Imagenio (o del Trío de Teléfonica, hasta ese punto llegaron a contradecirse). Yo les dije que lo único que firmé era la conformidad con la nueva línea de Internet que me instalaron.
Como ya no encontraban ninguna excusa para justificar el atraco a mano (des)armada, les grité a esta gente (no me cabe duda de que había más de uno al teléfono porque cada dos por tres hablaba con alguien diferente) que eran unos ladrones y unos hijos de puta. También solicité la baja tanto de mi línea telefónica como de mi conexión a Internet (de momento, mantendré mi móvil que lo tengo contratado por Movistar).
No sé cuando se hará efectiva la baja, pero aun así, seguiré actualizando este blog y, en la medida que me sea posible, visitar el resto.
No ha sido un final feliz, pero al menos me he desahogado y podré librarme por fin de toda esta mierda. Espero que éste sea el desenlace definitivo.