Sin embargo, por extraño que parezca, cuando salen de su sociedad-burbuja, son recibidos por multitudes enfervorizadas. Y por políticos "laicistas" (lo llaman "laicismo positivo"; yo lo llamo laicidad hipócrita). Tomemos como ejemplo la actitud de Zapatero ante la visita del cardenal Bertone, el número dos del Vaticano. De rodillas y besando su mano y sus pies. Zapatero, ingenuo de él, vota en contra de propuestas como la de favorecer la apostasía o la revisión de los acuerdos con el Vaticano y atrasa las conclusiones de la subcomisión por la reforma de la Ley del Aborto. ¿Creía que así iba lograr mejores relaciones con la Iglesia? Pues no, el propio Bertone lo dejó muy claro después de hablar con Rajoy: matrimonio homosexual, mal; Educación Para la Ciudadanía, mala; aborto, malo. Y así como siempre.
¿No has aprendido nada, Zapatero? El año pasado aumentaste el dinero que regalabas a la Iglesia. ¿Para qué sirvió? Para que los obispos se rieran en la cara del Gobierno hablando de "persecución contra la Iglesia".
Ahora se te han vuelto a reír, Zapatero. Ya sólo falta que favorezcas a las universidades de curas para que te conviertas en el Camps del PSOE.
Entre estas dos fotos veo pocas diferencias:


A lo mejor es que Zapatero también vive en el mundo de la Iglesia ¿no crees?.
ResponderEliminarPues posiblemente sea así. A lo mjor es que los políticos y los obispos comparten su propio mundo.
ResponderEliminarZapatero es un charlatán de feria. Te lo he dicho muchas veces, y no para tocar los cojones, lo digo porque es verdad. En España no hay izquierda.
ResponderEliminarSí, aunque de todas formas, prefiero a un charlatán como Zapatero que a los del otro lado (ya sabes a que efiero con "otro lado").
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