Tres días de spam telefónico desde Vodafone

Parece que ahora que los de Jazztel se han calmado, son otros los que inician la ofensiva del spam telefónico. En esta ocasión, son los de Vodafone.
Tres días seguidos recibí llamadas para las que ensayé tres formas diferentes de enfrentarme a esta nueva ofensiva.

-Primer día: Suena el télefono. Es la hora de cenar. Cuando oigo el acento sudamericano de la persona al otro lado del teléfono, estuve a punto de colgar directamente, pero decidí que, ya que nunca me libraré del spam telefónico de ninguna compañía, divertirme.

-¿Esta la señora X [la señora X es mi madre; evidentemente no voy a poner aquí su nombre]?
-¿De parte de quién? -pregunto yo.
-Buenas tardes. Mi nombre es Fulanita de Tal [no voy a poner aquí tampoco el nombre de la chica] y la llamo desde la compañía Vodafone. El motivo de mi llamada es...
-¿Cómo?
-Sí. Me llamo Fulanita de Tal y llamo desde Vodafone.
-¿Perdón?
-Que me llamo Fulanita de Tal y...
-¿Perdón? No la oigo. ¿Hay alguien ahí?
-Sí.
-¿Esto no será una broma? ¿Hay alguien ahí?

Al final, la telefonista se cansó y colgó.

-Segundo día: Vuelve a llamar Vodafone. Esta vez es un hombre.

-Hola, ¿está la señora X?
-¿De parte? -pregunté, fingiendo algo de indignación, aunque no me costó mucho.
-Mi nombre es Menganito [otro nombre supuesto] y llamo desde Vodafone. Quería...
-¿Quién le ha dado este número?
-Sí, es que estamos realizando una oferta a clientes de Telefónica y...
-Pues váyanse a la mierda ustedes y Telefónica porque mi madre murió hace un año [es mentira, pero cuela].
Tras un silencio espeso, el hombre suelta:
-Vaya, lo siento, perom los datos que tenemos...
-Los datos que tienen son una mierda.
-¿Y el titular de la línea?
-El titular de la línea soy yo y no me interesa nada de lo que ustedes me ofrezcan. Y menos después de la falta de respeto que han tenido al estar estos días llamando y preguntando por una persona muerta.

Y colgué.

-Tercer día: Otra vez llama Vodafone. Esta vez es un hombre más arrogante y parece que ya preparado.

-¿Esta la señora X? [siguen preguntando por mi madre, o no se han creído lo del día anterior, o saben que es mentira].
-¿De parte?
-Sí, mi nombre es Fulamengano y llamo desde Vodafone...
-Un momento, ¿me puede decir su nombre?
-Sí, Fulamengano Mengafulano.
-¿Me puede dar su número de empleado?
-666...
-¿Sí?
-666...
-¿Sí?
-666.
Ya sé que ese número es falso, así que le vacilo.
-Le faltan tres número más.
-Ah, perdón. 666.
Y yo que creía que a los sudamericanos les daba mal rollo todo esto del diablo.
-¿Desde dónde llama?
-¿Quiere mi nombre completo?
-No, que desde dónde llama [No me creo que con la tasa de paro que tenemos en España, las compañías de teléfono sólo contraten a sudamericanos para trabajar como telefonistas].
-No, mire, le doy mi nombre completo.
-Mire, usted me va a dar los datos que yo le pida porque les voy a poner una denuncia...
-No, mire, es que yo su teléfono lo tengo porque tenemos una lista...
-No me interrumpa, porque estoy hablando yo. Cuando termine de hablar me interrumpe.
-Vale, de acuerdo.
-Pues eso, que les voy a poner una denuncia, señor Diabólico [lo juro que se me escapó].
-Mire, es que nosotros tenemos una lista de teléfonos...
-Pues bórrenme de su puta lista.

Y colgué.


Pues nada, si vuelven a llamar, les diré que la oferta no me interesa, pero les intentaré vender alguno de esos aparatos de las teletiendas.