El Papa Benedicto XVI condenó la "opulencia y el derroche" ligados a la especulación económica, financiera y alimentaria, mientras en el mundo se extiende el hambre, "el signo más cruel y concreto de la pobreza".
Acto seguido (supongo), Benedicto XVI se ha marchado a su "choza" a meditar. Tras meditar sobre sus críticas, se confesó y se volvió a dormir con la conciencia tranquila por lo bien que le había quedado el discurso.
Se descalzó sus zapatos de Prada, se pusó su camisón de papa, sacó uno a uno sus anillos y sortijas...
ResponderEliminar... y se echó a dormir tan tranquilo.
Ya puede dormir tranquilo, ya.
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