El 16 de septiembre de 1966 despegaba, con 24 pasajeros a bordo, del aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife (me atrevería de calificarlo el aeropuerto más peligroso de España). Pero un problema en la hélice del motor izquierdo obligó al piloto a amerizar. Sin embargo, la historia, como la de otras tragedias ocurridas en la época franquista, fue olvidada. Sólo un pasajero murió. Y esa fue razón suficiente para celebrar un juicio militar contra el piloto, el cual finalmente no sería condenado tras demostrarse que ese pasajero murió de un infarto. Se llamaba Eugenio Maldonado, merecía más medallas que Franco (más si uno descubre que ha sobrevivido a otros accidentes aéreos salvando otras vidas), pero su único reconocimiento ha sido el olvido y la ignorancia.
En este país hacer tu trabajo de puta madre solo es reconocido si das patadas a un balón o prometes mucho.
ResponderEliminarDicho lo cual, seguro que no cambiaba ninguna medalla por ninguna de esas vidas salvadas.
Reparito 2.08
Pd. No conocia la historia, zankius!
Pocas veces los verdaderos héroeson reconocidos en nuestro país.
ResponderEliminarAunque en aquella época supongo que sería peor.