Pero el útimo caso es especialmente espeluznante en cuanto a cómo se produjo, ya que revela el nivel de desesperaciónde las personas que llevan a cabo estos "viajes".
La patera en la que viajaban tocó de repente tierra. Los inmigrantes de su interior creyeron haber llegado a la costa y saltaron de la embarcación... sin darse cuenta de que se encontraban a diez metros de la costa. La embarcación había tocado una roca y la profundidad que había alrededor era de unos dos metros y medio.
Imaginar lo que debieron de pensar esos inmigrantes mientras saltaban, creyendo que habían llegado a su destino, creyendo que habían cumplido su sueño de llegar a España... para chocar con el muro de la realidad que hace añicos cualquier sueño, aunque te devuelva a la realidad con la muerte.
No podemos limitarnos a cerrar nuestras fronteras y compadecernos. Hay que hacer algo más.
Las medidas represivas como única solución jamás dieron más fruto que la demora, la deseperación y el incremento.
ResponderEliminarHay que ser más inteligentes que eso.
Sobre todo hay que ser más sensibles.
A la vista está que trae pocos resultados.
ResponderEliminarSupongo que pedir sensibilidad a los políticos (que son los verdaderos responsables de la situación) es como pedirle peras al olmo.