jueves, 30 de agosto de 2007

Obstáculos insalvables

Se dice que no somos capaces de encontrar solución a un problema hasta que no nos vemos afectados. Razón no le falta quien afirma esto.
Cuando se discutía el articulado de la nueva Constitución española en 1978, un diputado español propuso una Ley sobre Educación Especial que aún hoy sigue vigente debido a su “perfección”. Él sabía de las carencias de los alumnos disminuidos físicos y psíquicos porque su hijo era uno de ellos.

Cambiando radicalmente de situación, pero no de tema: mi familia llevaba años pidiendo a la comunidad de vecinos de nuestro bloque que se instale una rampa en la escalera del portal o que se baje el ascensor a nivel del suelo. Lo pedíamos porque mi abuela vivía con nosotros y casi no puede andar. Subir esas escaleras era un gran esfuerzo para ella
Toda la comunidad de vecinos rechazaba nuestra reivindicación porque sólo nos íbamos a “beneficiar” nosotros. Dejamos esta reivindicación hace unos años cuando mi abuela se fue a vivir con una de mis tías.
Hace cosa de un año, dos de estos vecinos rescataron la reivindicación a raíz del nacimiento de sendos hijos y viendo la dificultad para subir sus carritos por la escalera. Todos los vecinos estaban de acuerdo excepto una familia que se negaba a pagar costase lo que costase la obra (el administrador nos exigía unanimidad así que la rampa seguirá sin construirse). Mi familia no fue la que se negó pero, ¿estaríamos en nuestro derecho moral de hacerlo después de las negativas que sufrimos?

No sé. El problema puede que haga la solución. Pero a veces los obstáculos son insalvables.

5 comentarios:

SyrianGavroche dijo...

YO creo que no, porque los pobres niños no tienen la culpa, ya bastante tienen...

Yo que tú, compañero, cambiaba de vecinos... que poca solidaridad.. madre mía

Un saludo!

Anónimo dijo...

El ser humano es imperfecto. En consecunecia, lo son sus actos.

Quizá tu decisión sea la luz que ilumine su ceguera.

Un gran saludo viejo amigo. Vengo para quedarme.

Kurtz dijo...

Yassin al-Hussen: los niños no, pero sus padres sí. Lo de cambiarme de vivienda lo estaba pensando desde hace años (podría escribir un libro protagonizado por mis vecinos), pero al precio que está la vivienda, mejor me despido de la idea.
Un saludo.
Goldfinger: ojalá, pero me conformo con que simplemente les haga pensar.
Saludos y agradecido estoy de que te quedes

Jove Kovic dijo...

Yo en cambio tuve más, dentro de lo que cabe "suerte": hace ya años, mi padre quedó parapléjico y cuando pedimos permiso para construir la rampa, toda la comunidad respondió afirmativamente.
Vaya cabrones tienes en la escalera!!

Kurtz dijo...

Pues sí, dentro de la desgracia, tuviste más suerte. Y luego dirán que los catalanes son unos insolidarios.